sábado, 14 de agosto de 2010

Axolotl

Sólo una cosa era extraña: seguir pensando como antes, saber. Darme cuenta de eso fue en el primer momento como el horror del enterrado vivo que despierta a su destino. Afuera mi cara volvía a acercarse al vidrio, veía mi boca de labios apretados por el esfuerzo de comprender a los axolotl. Yo era un axolotl y sabía ahora instantáneamente que ninguna comprensión era posible. Él estaba fuera del acuario, su pensamiento era un pensamiento fuera del acuario. Conociéndolo, siendo él mismo, yo era un axolotl y estaba en mi mundo. El horror venía -lo supe en el mismo momento- de creerme prisionero en un cuerpo de axolotl, transmigrado a él con mi pensamiento de hombre, enterrado vivo en un axolotl, condenado a moverme lúcidamente entre criaturas insensibles. Pero aquello cesó cuando una pata vino a rozarme la cara, cuando moviéndome apenas a un lado vi a un axolotl junto a mí que me miraba, y supe que también él sabía, sin comunicación posible pero tan claramente. O yo estaba también en él, o todos nosotros pensábamos como un hombre, incapaces de expresión, limitados al resplandor dorado de nuestros ojos que miraban la cara del hombre pegada al acuario.

Axolotl (extracto)- Julio Cortázar

La Mirada del Axolotl

El axolotl es un animal real pero que bien podría ser mitológico. Anfibio que casi nunca sale del agua, puede vivir la mayor parte de su vida en estado larvario,sin llegar a la metamorfosis final y al envejecimiento. Sin embargo, es capaz de reproducirse aún sin ser adulto y puede vivir largo tiempo. El axolotl es capaz de regenerar sus tejidos dañados y si le arrancan un miembro, éste vuelve a crecer. Sus ojos carecen de párpados y miran fijamente el mundo, escrutando todo lo que pasa, intentando comprender. Ojos de axolotl, tiempo para comprender.